viernes, 30 de enero de 2009

De Jamones de Jabugo y otras viandas del terruño

¡Qué raro! son casi las nueve y media de la mañana y no veo a Manuela hoy por aquí, quizás ya está desayunando porque hoy ha llegado tarde.

Miro hacia delante y como siempre veo muchos personas humanas (como díria una ex profe mía) que tienen en su mano un papelito con el número que le ha dado amablemente el señor de seguridad. Esto ya empieza a oler a hospital, saben ese olor como a plástico y lejía, una mezcla de las mejores salas de espera de nuestro SAS...pues así me está empezando a oler, ya ni siquiera a humanidad...¿la habremos perdido los que estamos aquí cada día para ver si hay algo nuevo?.

Salgo al bar de enfrente, ya es la tercera vez que vengo y va siendo hora que me aprenda el nombre del camarero, un hombre con bigote, fortachón y que en otra vida seguro que también fue tabernero porque parece que lleva la profesión en los genes. ¡Qué agilidad, que arte, que alegría! lo mismo le pone un manchado con media, que un té verde con sacarina y le dice como quedo ayer el cupón o donde está el periódico.

Le hago caso, el peródico siempre en la barra, Manuela tampoco está por aquí, así que me pondré al día con el estado de la provincia. ¿Saben que en Huelva, creo que tenemos 3 periódicos? si, 2 diarios y uno semanal o quincenal o ya no sé la verdad, hace tiempo que no lo veo por hay. Cojo el que más a mano tengo, y leo: "Junta y Diputación firman un convenio para potenciar los espacios protegidos" y a continuación sale una foto de Manuel Diaz "el cordobés" cortando un loncha de jamón de jabugo, que creo que se vuelve a llamar ahora.

Curioso el asunto, no hace mucho, en estas vacaciones allá por mi tierra serrana, algunos amigos que tuvieron hace mucho tiempo la feliz idea de invertir en el sector porcino, amén de diversificar esos ahorros que tanto trabajo cuesta sacar de la economía serrana (donde el que no es albañil, trabaja de peón...) estaban un poco con la mosca detrás de la oreja.

La crisis, la crisis....la crisis y una (onomatopeya).... no le dan salida a la producción, por la sencilla razón que los empresarios que se dedican a poner el nombre de Jabugo, Huelva o Guijuelo han decidido este año pagar por cada cerdo menos de la mitad que se pagaba el año pasado. Claro, es lógico, dirán ustedes, en mi casa este año hemos comido un Navidul muy rico que casi le tuvimos que coger por compromiso a Bertín Osborne. Claro, por eso, hemos visto que con la crisis, han bajado los precios de la gasolina, los pisos, las ofertas de hoteles (o los lumbreras de la gestión turística no preveyeron el aumento progresivo de la competencia conforme se inaguraban macro complejos en la costa o la gente ya no viaja)....pero el precio del Jamón de Jabugo, creo que sigue marcando los 35€ el kg....

En fin que de pedir la tostada con un poquito de jamón y tomate, queda para épocas pasadas, que ahora toca acercar la tarrina de ZAS como en los mejores momentos de niñez, cuando viajaba con mi abuelo por toda la provincia en busca de artesanos que hicieran de la madera, la magia de la imaginación.

Me voy con la duda de que le habrá pasado hoy a Manuela, por lo pronto comenzamos el día como siempre, con el 1,5€ menos del desayuno y el 35€ /kg del jamón "el cordobés". Hay Fitur...hay cosas que no cambian....

miércoles, 28 de enero de 2009

De madrugones y numeros de espera

Buenos días, ¿quién es el último?. Muchas gracias y a continuación piensas, mierda son las 7:45 y ya hay 50 personas por delante tuya...¿Vienen los Rollings a Huelva?, ¿entradas gratis para el Madrid?, ¿viene a firmar autógrafos Almudena de GH?....no señores y señoras no, simplemente es un Miércoles más de finales de Enero y estas en la cola que se forma a diario en la puerta del S.A.E (antes INEM y por tod@s conocidos como "El Paro").

La verdad he de reconocer que por más que me soprendo cada día que voy, llega un momento en que intentas sacar todo el espiritu positivo que te queda tras haber asistido a un ERE, a un "lo siento no tenemos ventas", a un "hasta que mejore la cosa...", a un "hay te quedas con la cara que tienes..." y sacando fuerzas de flaqueza coges tu número 51 y te dispones a sentarte en una de esas sillas de plástico que a diario recibe las posaderas de gente que no se resigna a ser un número más en las listas que orgullosamente muestran cada cierto tiempo los informativos.

Tú piensas, no, no, yo estoy aquí por primera vez y no tardaré en encontrar algo, joder he estado mucho tiempo currando pa esto...y miras a tu lado y ves a Manuela, 37 años, trabajó de administrativa los últimos 8 años para una immobiliaria, tiene hecho el antiguo FP de la rama de administración y también ha hecho más de 50 cursos de FPO, desde atención al cliente hasta cerámica y alfarería.

Manuela piensa lo mismo, ella no puede estar parada, tiene que salir adelante, se le acaba la prestación del año y tiene que trabajar sea como sea. Yo la miro sin darme cuenta que ella se me queda también mirando con extrañeza y me pregunta ¿nos conocemos?, no, no le digo yo, no creo. Ella se me queda mirando pensativa y manoseando el Currículum que siempre trae cuando viene al Paro me dice que mi cara le suena, que si no habré comprado un piso por Peguerillas hace un tiempo. No la verdad es que no, ni en Peguerillas, ni en Uzbekistán (pienso para mi). Ella se extraña pero me pregunta que número tengo; se lo enseño y ella me dice que hay que venir más temprano, que hay gente que viene a las 6 de la mañana a guardar la cola. Ella llegó a las siete menos cuarto y ya tenía gente por delante.

Educadamente le digo que tiene razón y ella asiente con la cabeza, afirmando que ella ya lo sabía, que no era la primera vez que venía, desde Septiembre ya se ha venido más de 10 veces y ninguna para una entrevista u oferta de empleo. Me dice que es mejor buscarse la vida que venir aquí, pero que no queda otra si quieres que te llamen alguna vez. Yo, iluso de mi, le digo que bueno que eso dependerá del CV de cada un@ y de las ofertas que haya en el momento. Ella me mira una vez más con una mezcla de pena y resignación y suspira. Me dice que aún me queda un buen rato, que me puedo ir a desayunar tranquilo que por lo menos hasta dentro de 2 horas no me tocará.

Le hago caso, al fin y al cabo, Manuela sabe de lo que habla, aún recuerda cuando venía a entregar las altas laborales que hacía su empresa cuando se vendían casas como kebabs y el tiempo que tardaban en procesar los datos más nímios. Al salir me encuentro con un antiguo compañero que también ha llegado tarde y tiene diez números por encima mía. Me alegra verle y le invito a desayunar para que me cuente que le ha pasado, la última vez que lo ví, hace un año, estaba muy bien, le habían ascendido y se había comprado un piso en la zona de Pescadería.

Mientras esperamos el manchado y la 1/2 con aceite y tomate, me dice que la empresa ha recortado más de la mitad de la plantilla y que han pasado de más de 80 empleados a poco más de 20. Que él nunca se esperó que le pasara esto, pero que es optimista y no se resigna, si las cosas no le salen, pone su casa en venta y se va a Madrid. Yo le animo, le digo que no va a tener problemas, que él tiene experiencia y es joven, que busque y no deje pasar oportunidades. Miro el reloj, han pasado 40 minutos y creo que es mejor volver, pero de paso voy a comprarme el periódico, así si al menos Manuela se ha ido podré entrenerme leyendo algo.